Literatura del pueblo
Hojas de Hierba gozo para los sentidos
Francisco Javier Chaín Revuelta
Imagine a Walt Whitman como él se imaginaba a sí mismo, tumbado sobre el pasto, una pierna sobre otra, deshojando un trébol, rodar su cuerpo por la loma enredando el pelo. Imagine a los granjeros de la isla desconcertarse y a los bueyes jalando la carretas mientras los interroga el poeta "What is that you express in your eyes?" En respuesta los ojodevaca inquieren al poeta de Nueva York "More than all the print I have read in my life"
El poema al que pertenecen estas líneas se titula “Song of Myself” (Canción de mi mismo) siendo publicadas en "Leaves of Grass" (Hojas de Hierba) hace 150 años, el cuatro de Julio de 1855. El poema todavía sorprende, todos los elogios que puedan brindársele están contenidos en la palabra “siempre” Como si América tenga constantemente que correr trás Whitman desde hace mucho, respirando con dificultad por todo el camino. Pero dondequiera que queramos levantar a nuestra propia raza tendremos que respirar con dificultad y ponernos a la izquierda de quien sabe sostener el aliento del pueblo, y ese es Whitman, el poeta relajado y feliz, más listo para percibir el éxtasis universal que el físico esfuerzo. Dificil será alcanzarlo y asirlo, siempre va delante, siempre a la cabeza.
El viejo Whitman es como un santo, como un chaneque, como una aparición, una personificación capaz de estar a la vez en todas partes gracias a su naturaleza inmaterial. Pero sepan que nunca ha habido un espíritu que este tan enterado de su cuerpo, de sus átomos, de sus tendones, huesos y venas, que sea tan buen vago, tan buen holgazan que no pueda bañarse en el río y despertar. El cuerpo que habita Whitman se confunde con sus sensaciones "Soy Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan,/ tormentoso, carnal y sensitivo: como, bebo y engendro./No soy sentimental ni miro desde arriba a hombres ni a mujeres de los que no me aparto./No soy más orgulloso que humilde...Me humilla quien humilla a los otros,/y nada se hace o dice que no recaiga en mí...."
Nos enteramos que Walt se transforma de periodista de suaves a maneras a superhombre de todas clases y especies. El acto de Whitman es el más insólito y acertado de la literatura cuando voltea profundamente hacia si mismo confundiendose con toda la tierra y con todo el cosmos “Me celebro y me canto a mi mismo/ y de aquello que yo me apropio habrás de apropiarte/ porque todos los átomos que me pertenecen/ también te pertenecen.”
El Whitman de los hallazgos siempre va delante de América que no logra alcanzar la democracia del pueblo que el poeta lega y aún no gozamos “Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta. Y con mi aliento puro comienzo a cantar hoy y no terminaré mi canto hasta que muera. Que se callen ahora las escuelas y los credos. Atrás. A su sitio. Sé cuál es su misión y no la olvidaré; que nadie la olvide. Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal, dejo hablar a todos sin restricción, y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada” fjchain@hotmail.com (050703)
El viejo Whitman es como un santo, como un chaneque, como una aparición, una personificación capaz de estar a la vez en todas partes gracias a su naturaleza inmaterial. Pero sepan que nunca ha habido un espíritu que este tan enterado de su cuerpo, de sus átomos, de sus tendones, huesos y venas, que sea tan buen vago, tan buen holgazan que no pueda bañarse en el río y despertar. El cuerpo que habita Whitman se confunde con sus sensaciones "Soy Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan,/ tormentoso, carnal y sensitivo: como, bebo y engendro./No soy sentimental ni miro desde arriba a hombres ni a mujeres de los que no me aparto./No soy más orgulloso que humilde...Me humilla quien humilla a los otros,/y nada se hace o dice que no recaiga en mí...."
Nos enteramos que Walt se transforma de periodista de suaves a maneras a superhombre de todas clases y especies. El acto de Whitman es el más insólito y acertado de la literatura cuando voltea profundamente hacia si mismo confundiendose con toda la tierra y con todo el cosmos “Me celebro y me canto a mi mismo/ y de aquello que yo me apropio habrás de apropiarte/ porque todos los átomos que me pertenecen/ también te pertenecen.”
El Whitman de los hallazgos siempre va delante de América que no logra alcanzar la democracia del pueblo que el poeta lega y aún no gozamos “Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta. Y con mi aliento puro comienzo a cantar hoy y no terminaré mi canto hasta que muera. Que se callen ahora las escuelas y los credos. Atrás. A su sitio. Sé cuál es su misión y no la olvidaré; que nadie la olvide. Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal, dejo hablar a todos sin restricción, y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada” fjchain@hotmail.com (050703)
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